Acabo de leer un artículo de Muñoz Molina sobre el año 1977 y P. Altares, y continuando con el lema de Luis Cernuda : "Recuérdalo tú y recuérdalo a otros", yo cuando leo artículos sobre la transición y la llegada de la democracia,en la mayoría de los casos poco se relacionan con mi memoria.
Nada era fácil, con la salvedad de nuestra alegría y juventud que todo lo puede, trabajabamos ocho horas, estudiabamos el resto y dormíamos poco y mal, todo era búsqueda de cosas nuevas, de conocer, de experimentar, de libertad(que no sabíamos que era eso) y contábamos con muchas ganas de todo.
Yo sí recuerdo el miedo y la incertidumbre de aquellos años; la necesidad de tener que acudir a las manifestaciones y el miedo que nos acompañaba hasta la llegada a casa. Jamás olvidaré la manifestación por los muertos de Victoria, la de los abogados de atocha y la noche de los tiempos de aquel febrero de 1981.
Esos pisos de estudiantes, de habitación compartida, de pósters impresionistas en las paredes, de noches repletas de conversaciones, de cigarrillos.
No olvido tampoco a los que se quedarón atrás, los que no estaban en la foto, los que perdieron el tiempo y el dinero en huelgas y reuniones infinitas, porque la verdad es que nos reuníamos a todas horas, todos los días de la semana, de noche y de día.
Y de buenas a primeras nos enteramos que todo fue pactado, a medida de las élites,
y miro a mi alrededor, veo los "reinos de taifas", y como ejemplo el asunto del crucifijo en los colegios y tantas cosas que prefiero no nombrar ..., pero recuerdo y no olvido ...
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