San Miguel de Barluenga se encuentra cerca de Huesca, en la citada localidad, camino de la sierra de Guara, hacia Vadiello. Es la capilla del cementerio, se trata de una capilla funeraria. Esta perfectamente restaurada y adaptada para la visita (luces, llaves, etc.).
Al exterior una sencilla arquitectura de de nave única con cabecera recta, edificio del románico tardío que se asienta en medio del cementerio. Cementerio al que se rodea con un alto muro de manposteria que de alguna forma delata la grandeza que guarda en el interior del templo : una serie de pinturas murales
góticas sobre San Miguel, el juicio final y la resurrección de los muertos en la cabecera de la iglesia, y una techumbre de madera de la misma época con pinturas.
El autor de las pinturas conocía la leyenda dorada de Jacobo de la Voragine, en la que parece apoyarse la iconografía del conjunto de las pinturas (
García Omedes). Nos imaginamos el miedo de las almas sencillas ante esos ojos que todo lo ven, esas llamas del infierno que se atreven con mitras y reyes y damas togadas. Y al final la resurrección de los muertos, representada en varias escenas. (Ahi comenzaron mis dudas, donde ibamos a coger todos, era imposible, no había sitio para tanto muerto que nos precedía, aunque cuantas horas de sueño nos han quitado las imágenes biblicas del juicio final).
Desde aquí se aprecian unas buenas vistas del salto del Roldán y el día se puede completar con la visita de la iglesia románica de Chibluco -si no tienen miedo a los perros de la puerta- localidad asentada al borde de un inmenso barranco. Más interesante es dar un paseo, a la salida del pueblo a la derecha, y caminando unos dos kilómetros, se puede ver un interesante arbol centenario
. Un ejemplar único de Chinebro, enebro de miera, en una finca de propiedad particular que han conservado el enebro desde generaciones, presenta más de 7 metros de altura, además de amplia copa y se encuentra en perfectas condiciones.Desde aquí se observa el pantano de montearagón y toda la sierra de Guara.
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