Datos Bienes de Interés Cultural, Cantabria :
Escondida entre los montes de
Bostronizo, en una vaguada de no fácil acceso, esta pequeña ermita se
presenta, junto a Santa María de Lebeña (ficha nº 15), como una de las
muestras más bellas y genuinas del arte mozárabe en Cantabria. A pesar
de la escasa documentación existente para fechar la construcción, se
cree que pertenece al siglo X.
La primera información escrita que tenemos de
San Román de Moroso es de 1119, fecha en que Doña Urraca, reina de
Castilla, dona este Monasterio a la Abadía de Santo Domingo de Silos
(Burgos). Esta referencia ha dado lugar a numerosas leyendas sobre esta
ermita y el paso o estancia en ella de Doña Urraca, haciéndose eco la
tradición de una Urraca que fue enterrada en San Román de Moroso.
El tipo de construcción es noble y de cierta
calidad, sobresaliendo la perfecta adecuación de los volúmenes y la
regularidad de sus proporciones -apenas llega a alcanzar los doce metros
de longitud y los seis de anchura-. El edificio es de piedra, formado
por sillares perfectamente escuadrados en las esquinas e hiladas de
sillarejos en el resto de la fábrica. Los muros tienen un grosor entre
los 60 y 70 cm.
La ermita consta de una sola nave rectangular
de gran altura, con techumbre de madera y cubierta a dos aguas. En el
cuerpo de la nave se abren hacia el Sur dos ventanas rectangulares muy
estrechas, en las que el hueco de luz lo forman dos sillares que
atraviesan oblicuamente el muro, resultando con mayor ensanchamiento en
el interior. El arco triunfal, de herradura, separa la nave del pequeño
ábside, casi cuadrangular, cubierto con bóveda de cañón. En el muro del
ábside se encuentra un pequeño vano, también en arco de herradura,
enmarcado en cruz patada. Remata esta fachada una espadaña gótica de
doble tronera en arco de medio punto, añadida probablemente en el siglo
XVIII.
La cabecera está orientada al este,
localizándose la puerta de ingreso en el muro norte, algo poco habitual.
Este acceso presenta un arco de herradura, apoyado sobre columnas
monolíticas y capiteles estriados.
En el apartado decorativo deben destacarse los
bellos modillones de lóbulos que rematan los muros, sosteniendo el
alero, y que llevan decoración de flores de cuatro y seis pétalos y
esvásticas.
A partir de 1980 se llevaron a cabo trabajos de
restauración dado el mal estado de conservación en que se encontraba.
Esto permitió localizar y excavar en su entorno una necrópolis
altomedieval con tumbas de lajas y enterramientos en sarcófagos.
1 comentario:
El sitio es chulo PERO:
- el árbol tapa parte de la ermita que, al fín y al cabo, es la protagonista.
- la ermita está en zona de sombra, mientras que el arbolado está con sol: la vista me pide ir donde está la luz. Es decir, hacia el bosque y no hacia la ermita.
Conclusión: soy un tocapelotas.
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