Día nublado, con calimas, al fondo Monte Perdido. Los altas temperaturas han permitido que los almendros florezcan hasta en zonas altas (900 m). Los almendros viejos son los primeros que florecen.
Deshabitado, pero no abandonado, se rodó "Bajo la piel del lobo".
La palabra "muro" indica que se corresponde el pueblo con la mayor fortificación de la zona. Al fondo, hacia la izquierda, por encima del pantano se sitúa Muro de Roda (1.036 m).
Paisajes para días hermosos, recuerdos cargados en la mochila que va demasiado llena y pesa un poco, como la vida. Como el día que se alarga, como esas tardes de enero; pero siempre está la alegría de las flores de los almendros, delicadas, de pétalos blancos que caen como si fuesen gotas de nieve, como si fuese un milagro.
Ahora se puede llegar a todos los sitios con coche, sin caminar. Los tiempos cambian. Merecía la pena recorrer los senderos, subir las cuestas, sudar, reirse, sufrir ... observar, empaparse por la lluvia, por la nevada. Observar el cielo para ver hacia donde van las nubes. El miedo a los rayos. El placer de tirarse sobre el manto de una pradera llena de flores.
El cigarrillo arriba, al final, con los pulmones preparados .... jajaja.
El color de las hojas en otoño, el rumor de la cascada, el silencio al final del valle. Los días interminables de otoño recogiendo setas.
Y los mayores placeres son una pradera llena de lirios, de amapolas, de gencianas .... ó el rumor de la tarde al final del día en septiembre cuando el sol se va y los corderos y los caminantes regresan al humo de la chimenea.
Las charlas con los caminantes, el placer del cansancio ... en fín, tantas cosas, tantos momentos que llenan toda una vida.
(Para Fernando y Noeli )
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