Perezoso de dos dedos de Hoffmann.
Manuel Antonio es el parque nacional de Costa Rica más visitado por los turistas internacionales. Se da entrada a seiscientas personas al día, los caminos del perozoso están llenos de visitantes y de guías, por supuesto también estan los perozosos esperándonos.
Resulta agobiante el calor húmedo a primera hora de la mañana, un poco más adelante la perla de la corona, la playa de Manuel Antonio, espacio al que parece dirigirse la mayoría de la gente,
y al que lógicamente nos lleva el guía, después de un discurso sobre el perezoso.
Por el camino vemos monos titis y carablanca que no son de su interés, tampoco
lo son los basiliscos, ni el resto de los animales que deben poblar el parque.
Desistimos de ir otro día más, la arena blanca es muy bonita, pero nosotros
estamos interesados en otras cosas ... visto lo visto. Hay que hacer una
buena programación de actividades para, en algunos momentos, no quedarse a
dos velas.
El país es maravilloso, pleno de naturaleza, esperabamos Manuel Antonio como la
puntilla del viaje y nos ha defraudado un poquito.
Debe ser el efecto del manzanillo ó quizás el solar.
Es curioso que a mas servicio menos calidad y mayor precio.
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