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lunes, 29 de diciembre de 2008

CAPRICORNIO(28 DE DICIEMBRE DE 2008)



Por fin¡¡¡, parece que te negabas a salir, sera por el frío. Pero el día de tu llegada a este mundo hacia menos frío que los días anteriores. Estaba todo nevado, en tu pueblo la nieve cubría los montes, blanca y jugosa como algodón blanco. Había muchas nubes cerrando el cielo, tiempo suave y calmado, por abajo llovía y por arriba nevaba. Aquí se estaba bien, por la tarde los prados estaban otra vez verdes, llenos de vacas y caballos pastando. Las garzas picoteaban buscando comida por medio de los surcos y yo fracasaba en mi intento de fotografiarlas.

Los coches subían y bajaban todo el día. Las carreteras les acercan hasta el llano rápidamente y ellos van y vienen como gusanillos sinuosos por los carriles, como si fuesen otra pista más. Estos coches y su gasolina mueven el mundo.

Acabas de llegar a un mundo en "crisis" pero, ¡no te preocupes!, cada década entramos en crisis, lo que ocurre es que esta ha tardado mucho en llegar, como tú. Tardamos en comprender que todo va y viene. Que las cosas no son ni buenas ni malas, ni blancas ni negras, pero poco a poco.
A pesar de muchos, la gente es feliz y llegas a un mundo arropado y querido por todos.

Hoy sigue nevando: "año de nieves, año de bienes". Caen unos copos gordísimos, espesos que se transforman en agua, las nubes van y vienen, casi se pueden tocar con las manos, dibujan sombras y corren por las veredas desapareciendo del valle.

Bienvenido, yo te deseo toda la felicidad del mundo, toda para ti y los tuyos.

domingo, 21 de diciembre de 2008

VIAJANDO HASTA NEVADA: MY BLUEBERRY NIGHTS : NOCHES PÚRPURAS

¡Qué mezcla! : Wong Kar Wai, Norah Jones, Ry Cooder, América, Jude Law, Natali Portman...
Imprencisdible ... aunque nadie hable de ella, quizás no soy justa, me encantan todos los actores
que participan en la película ....diferente, encantadora, buena música, buena fotografía, al lado de
una historia de siempre contada con un prisma de cristal de colores. Muchas veces lo necesitamos.

... SEGUIMOS DESEANDO AMAR ...

viernes, 19 de diciembre de 2008

INVIERNO


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jueves, 11 de diciembre de 2008

VIAJES A EXPOSICIONES PROXIMAS : JUAN MUÑOZ

Las posibilidades son infinitas, el país se ha llenado de museos, centros de arte, salas de exposiciones, retrospectivas ...etc.,etc., siguen en Madrid, Degas, Rembrandt, Villalta, Mucha en Barcelona, Goya en Zaragoza desde el día 18 de diciembre, pero hoy una selección :

JUAN MUÑOZ, en el Reina Sofía desde abril hasta agosto. Será interesante comparar, sobre todo una vez vista la exposición de la Tate.

Artículo de "El mundo" : BILBAO.- Las esculturas de Juan Muñoz "respiran" en el museo Guggenheim Bilbao, en unos espacios "que él adoraba" y en los que la teatralidad de su obra encaja perfectamente, en opinión de Carmen Giménez, especialista en la obra del escultor madrileño.

Aunque Sheena Wagstaff, 'curator' jefe de la Tate Modern de Londres donde se ha exhibido con anterioridad, es la comisaria de la exposición, Carmen Giménez en estrecha colaboración con la escultora Cristina Iglesias, viuda de Juan Muñoz, ha sido la encargada del montaje en Bilbao.

La muestra tiene cambios significativos respecto a la organizada en Londres. Con menos dibujos, se exhiben nueve obras diferentes, algunas mostradas en muy pocas ocasiones como 'Descarrilamiento' (Derailment, 2000-2001), una de las últimas obras de Muñoz que por sus dimensiones no pudo verse en Londres.

Ya en la escalera de acceso al museo, la obra 'Trece riéndose los unos de los otros' despierta la atención de los visitantes. "Me gusta ver como la gente se fotografía en esta pieza, se suben, la tocan. Está hecha para eso, adquiere vida", ha comentado Cristina Iglesias, muy satisfecha con la exhibición del Guggenheim. "La exposición en la Tate era más académica, más de tesis. Aquí se ha trabajado con el espacio, es más teatral, que es lo que le gustaba a Juan".

En el pasillo de la segunda planta se ha situado la parte didáctica, en un espacio en que "los visitantes se pueden sentar y escuchar las obras sonoras, mientras que grandes paneles ilustran sobre las inspiraciones del escultor en artistas como Giotto, Velázquez, Degas o Pirandello.

A continuación, una de las obras más emblemáticas de Muñoz, 'Many Times' (Muchas veces), compuesta por cien esculturas de poliester y resina dispuestas en grupos, "adquiere una nueva dimensión en el Guggenheim".

Conversación con Richard Serra

La gran sala en la que ha sido instalada "permite pasear entre las figuras, que se engrandecen con el espacio" y los altos techos a través de los que penetra la luz natural "hacen que la instalación respire. La luz de día ilumina y crea sombras dando vida a las esculturas. Es un espacio fantástico para Juan", señaló Giménez, emocionada con el resultado de la exposición. "En la Tate la luz es muy mala y la disposición es de sala tras sala, mientras que aquí se van estableciendo relaciones".

Un visitante contempla otra de las obras del madrileño. (Foto: Iñaki Andrés)
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Un visitante contempla otra de las obras del madrileño. (Foto: Iñaki Andrés)

Una de estas relaciones es la que se crea entre el gran conjunto escultórico 'La materia del tiempo' de Richard Serra y la obra 'Stuttering Piece' (Pieza tartamudeante), formada por dos pequeñas esculturas sentadas que mantienen una conversación insustancial.

"Existe un cariño y un respeto entre los dos artistas y por ello he querido que dialogaran", ha comentado Giménez, especialista en la obra de Serra. "Él fue quien me presentó a Juan Muñoz. Entonces decía que no quería ser artista, que quería ser 'curator'. Juan quería hacer muchas cosas, pero por encima de todo era un artista, un generador de ideas constante".

La distribución de los espacios del Guggenheim "permite hacer un montaje muy teatral, como sus piezas", comentó Giménez que en uno de estos espacios ha reunido por primera vez los conjuntos 'Escena de conversación' de 1994 y de 1996.

Tanto Carmen Giménez como Cristina Iglesias y Juan Ignacio Vidarte, director del museo, han lamentado que no haya sido posible traer la instalación 'Double bind' creada por Juan Muñoz para la Sala de Turbinas de la Tate y que, debido a sus grandes dimensiones, no ha vuelto a poder exhibirse.

"Se han estudiado dos espacios muy bellos. El museo tiene voluntad de montarla. Aunque no coincida con la exposición, se mantendría al menos un año", comentó Cristina Iglesias, quien no descarta que la escultura se muestre en Madrid, donde viajará la retrospectiva, con cambios muy significativos, al Museo Reina Sofía.

lunes, 8 de diciembre de 2008

miércoles, 3 de diciembre de 2008

BARCELO/CÚPULA/ANTONIO MUÑOZ MOLINA

Bajo la cúpula - Antonio Muñoz Molina - El País
Barcelo bajo la cúpula y con 6 millones de € más ©El País
Yo no sé si me gusta o no me gusta la célebre cúpula de Miquel Barceló. Carezco de ese agudo sentido estético, cercano a lo adivinatorio, que permite a tantos de mis contemporáneos juzgar una obra de arte en virtud de algunas fotos y del color político del gobierno que la ha encargado. Incluso me pregunto si entre las tareas de un gobierno, en los tiempos que corren, se cuenta la de elegir a discreción a un cierto pintor y no a otro, y gastarse en el encargo al menos ocho millones de euros, sin un debate público previo. Hablar de dinero es mezquino cuando se trata de un artista de esta categoría, y de esta cotización internacional, nos dicen. Nos lo dicen personas que sí hablarían de dinero si el gobierno que ha encargado la obra fuera el del partido al que ellas no votan. En España, la indignación moral es tan previsible como la emoción estética. Sabemos quién se va a rasgar las vestiduras porque medio millón de euros salgan de los fondos de ayuda al desarrollo con la misma certeza con la que sabemos quién va a emocionarse con la cúpula de Miquel Barceló. La cúpula en sí, o la ayuda al desarrollo, no le importa a nadie: si esa misma cúpula la hubiera encargado el gobierno del otro partido, los mismos que ahora se quedan embobados ante ella sin haberla visto más que en fotos la encontrarían cuando menos discutible, y las denuncias valerosas contra el despilfarro de un dinero que debería haberse empleado en alimentar a los pobres del mundo se multiplicarían en columnas justicieras.
Yo no sé si el trabajo de Barceló vale los seis millones de euros que según dicen ha cobrado por el encargo. Todo necio, ya sabemos, confunde valor y precio, y los precios del arte están tan sometidos a la especulación como la vivienda. En las subastas de este otoño en Nueva York, cuadros que el año pasado se habrían vendido por decenas de millones de dólares no han encontrado comprador o han caído a la mitad de su precio. Aquí no reparamos en gastos. Ni de dinero ni de palabras. Por lo pronto, y en el espacio de unos días, la cúpula de Barceló ya se ha convertido en la Capilla Sixtina del siglo XXI, y está a la altura de la capilla de Mark Rothko en Houston o de las cuevas de Altamira, según las fuentes. En mayo del año pasado, en Sotheby's de Nueva York, se pagaron obscenamente 72,8 millones de dólares por un cuadro de Rothko en cuyo título había ya una delicadeza prometedora de haiku: White Center (Yellow, Pink, and Lavender on Rose). Si un Rothko, con sus rosas y lavandas desleídos, costaba esa cantidad demencial hace año y medio, ¿quién va a quejarse del precio de un Barceló de más de mil metros cuadrados en el que se han empleado treinta y cinco mil kilos de pintura?
Siendo dinero público, y dinero público de un país de tan endeble presencia internacional como España, las comparaciones resultan algo menos estratosféricas. Ocho millones de euros es más de la mitad del presupuesto que tendrá el año que viene la Seacex, que es la agencia estatal dedicada a organizar exposiciones de arte español en el extranjero; ésa es la misma cantidad que dispondrán en 2009 para sus programas culturales la totalidad de los 72 centros del Instituto Cervantes; y no quiero pensar en las asignaciones literalmente miserables que manejan las embajadas y consulados españoles en las grandes capitales del mundo, y que para lo más que dan es para alquilar una pequeña sala de conciertos o para contribuir con unos cientos de dólares al programa de una exposición. Algunas veces se oye la opinión triunfalista de que la presencia cultural francesa en el mundo está en declive, porque el francés tiene mucho menos empuje que el español, como si el azar demográfico del número de hablantes de nuestro idioma tuviera algo que ver con la visibilidad internacional de España. Pero basta comparar, en cualquier capital de Europa o de América, el porte de los centros educativos y culturales franceses con el de los españoles para despertar a la realidad y hacerse una idea inmediata de la triste posición que ocupamos, acerca de la cual se aprende también algo si se compara el número de diplomáticos españoles con el que disponen no ya Francia o Alemania o el Reino Unido, sino países como Holanda o Dinamarca.
Por encima de sus triviales diferencias, tan entretenidas al parecer para los periodistas, la casta política española tiene un gusto común por el mangoneo clientelar y las exhibiciones suntuarias. Durante los años prósperos han despilfarrado la riqueza que hubiera debido invertirse en dar un fundamento sólido de instrucción pública, justicia social y dinamismo económico al país, pero ahora que vienen tiempos de quebranto, ellos siguen tirando el dinero en sus caprichos megalómanos y en sus redes corruptas de control e influencia como si la crisis no existiera y como si la ciudadanía no fuera a pedirles cuentas nunca. Pero la ciudadanía parece haberse contagiado de la intransigencia de unos y otros, o de los Hunos y los Otros, como decía el pobre Unamuno al final de su vida, y el espacio para la libertad de conciencia y para el soberano criterio personal se va volviendo cada vez más estrecho: si yo pongo en duda la conveniencia de gastar ocho millones de euros en una cúpula para que se hagan fotos debajo de ella un cierto número de autoridades, me habré vuelto instantáneamente de derechas; y si en lugar de eso me declaro en éxtasis ante las estalactitas de colores chillones de Miquel Barceló, eso significará, ante los Hunos y los Otros, que estoy a favor de la alianza de civilizaciones, de la igualdad de género, de las energías renovables, del cine español, que me indignan los chanchullos inmobiliarios de los ayuntamientos del PP, pero no llego a enterarme de los que cometen los ayuntamientos socialistas...
No me da la gana. No quiero que mi pensamiento me lo estén dictando a cada paso los vigilantes voluntarios de un sectarismo político del que ya no están a salvo ni las opciones más personales de la vida. No acepto el dictamen casi amenazante del titular de este mismo periódico: "El arte de Barceló acalla las críticas". El arte no está para acallar las críticas sino para alentarlas. Llevo muchos años observando con mucha atención el trabajo de Miquel Barceló, y muchas veces me ha entusiasmado, y otras, sobre todo en los últimos tiempos, me ha parecido mucho más inventivo en las acuarelas y en los dibujos que en las obras de gran formato, en las que he intuido un cierto agotamiento de la inspiración, atemperado por el oficio. El mismo derecho tengo a que me guste esa cúpula como a que no me guste, y también a poner por encima del juicio estético una convicción política. Seguro que había cosas más urgentes en las que gastar todo ese dinero. En cuanto a las comparaciones con la Capilla Sixtina, quizás sería prudente esperar uno o dos siglos.