...Cuando era pequeña, me llevaron a Calatañazor, para ver como se rodaba una película, se llamó "Campanadas a media noche". Todo el mundo de los alrededores participaba como figurante en la misma.
Mi recuerdo creo que fue hacia 1964-65, todavía no había visto ninguna cinta en el cine y la mayoría de los que me rodeaban tampoco. Cuando acudí al pueblo no sabía lo que era una película, en unas fiestas había visionado unas imágenes, en el salón de baile de mi pueblo, sobre las paredes blancas se proyectaban unas sombras que se movían, recuerdo que era de noche, me dejaron estupefacta y me pareció un asunto de brujería. Sólo recuerdo una plaza de toros, un ruedo de arena, y poco más. Poco después llegaría la televisión, en blanco y negro, con personajes que hablaban a un público inexistente.
Por alguna razón que desconozco jamás he olvidado aquel día. Pasé ese día, dormimos en el pueblo y al día siguiente desde el balcón asistimos a la toma de unas imágenes de caballeros recorriendo una calle cercana. Pero lo que más exaltó mi fantasía fueron otras cosas. La primera, unas figuras de ahorcados, colgados en las murallas del castillo. A mi me daban miedo, no sabía, no podía interpretar esas figuras muertas, colgadas de los pies, del cuello. Me decían que eran de mentira, pero el miedo me duró mucho tiempo, y he soñado muchas veces con ellas.
El otro recuerdo, es de diferente matiz, enlaza con la fantasía y la imaginación propia de la infancia. Cerca de la muralla, un terreno había cedido por el peso de un camión y se había abierto una zanja. Por ella se veían pasadizos, entradas y salidas de túneles a diferentes alturas. Todo el pueblo estaba comunicado por el suelo, con entradas y salidas para poder huir desde la época de los moros, desde la época de Almanzor. Siempre se contaban historias sobre las piezas de oro que se guardaban escondidas.
Y finalmente, a nuestra llegada paseamos por la plaza, estaba llena de gente. La mayoría eran figurantes, y llevaban unas ropas que me eran desconocidas. Las mujeres, tocadas a la moda de la edad media, con colores brillantes (amarillo, naranja, etc), y formas renacentistas. Estos colores eran magníficos a mis ojos acostumbrados al blanco y el negro. Me hubiese gustado vestirme como ellas. Había jaulas con pájaros pequeños que cantaban ó chillaban. Y en el medio de la plaza, se sentaba un personaje, gordo y grande, fumaba un puro, rodeado de varios aduladores. No lo he olvidado nunca, más tarde, supe que esa imagen tenía una correspondencia clara, lógicamente era : ORSON WELLES.
Creo que cuando lo he contado nadie me ha creído. Nada de lo que vi lo he reconocido en la película. Jamás he asociado ninguna imagen con Calatañazor, con la salvedad de las escenas de interior, que pueden responder a las típicas falsas de las casas de la zona. Cuando vi Jules i Jim, me emocionó Jeanne Moreau, siempre me ha encantado, debía ser bella, única hasta sus últimos días, como lo desmuestra el personaje de Querelle. Muchas veces he pensado que quizás la ví, pasó a mi lado, quizás fuese una de esas mujeres que rodeaban a Wells.
Cuando la presentaron en el cine, la gente mayoritariamente acudió a ver como era la película, y sobre todo a ver en el cine a alguien "real". Nadie encontraba a los que habían participado, alguno de pasada y para colmo no les gustaba. Cuando pregunté en casa, pasado el tiempo, mi madre me contestó que le había gustado más Doctor Zhivago. Como no había visto ninguna de las dos no entendía nada.
Me encanta "Campanadas a media noche", me encanta el cine de Welles, y cuando la vi por primera vez comprendí porque no había gustado la película a unas personas que vivían en un mundo sencillo, que apenas sabían leer y escribir. Ese mundo era demasiado complejo para ellos, sobraba tanta traición y ambición . Después de campanadas rodaron muchas otras, pero creo que perdieron el interés por ir a verlas.
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