Valle de Valsesia, en Alagna, Italia
Tras un día de lluvia intensa, con los ríos y los barrancos que rugían como leones nos fuimos a dormir en una cama de sábanas muy blancas, recosidas por las esquinas, en un hotelito de siempre, atendidos amablemente por los propietarios. Me gusta la diversidad, pasar de moderneces a sitios de siempre, en fin los sitios con personalidad, da igual el matiz. Estamos en octubre, a la mañana siguiente, hay una rosada blanca y fría.
Un día soleado, las nieblas suben corriendo hacia el cielo por las aristas de los montes, la hierba está húmeda, blanquecina y brillante. Recorremos en valle lleno de luz hasta Alagna. Los pueblos pequeños y armoniosos. Iglesias de altas torres, puentes medievales cruzan el torrente del Sesia. Ermitas al borde de la carretera, oratorios sencillos. En esta zona, en la edad media se asientan alemanes del valle del Ródano, trasladan la cultura alpina, se les llama “walser”, tienen su cultura propia, habitat, creencias y hasta su propio idioma.
Aquí podemos ver a una mujer lavando la ropa (amablemente se dejó fotografiar bajo el sol que le cegaba) en el exterior de su casa. Fuera de la casa están los depósitos de agua corriente, construídos con madera (¿?), el huerto delimitando los senderos, los arroyuelos, los pequeños caminos, los hornos de pan, las lagartijas al sol … y más cosas que comentaremos otro día.
Sorprende la arquitectura tan interesante y cuidada a los pies del macizo del monte rosa.Creo que han encontrado la medida entre desarrollo y pervivencia de las costumbres. Un rebaño de ovejas esperaba para subir a unos camiones, que recién llegados, los trasladaría a un medio más beningno para pasar el invierno.
Me da envidia, en nuestros montes, la fiebre del ladrillo ha trasladado a muchos pastores hasta la construcción ... El trabajo de pastor es duro, pero peor es el paro interminable al que se ve abocada tanta gente. Para colmo hemos transformado los prados en aparcamientos fantasmas. (Aquí no tenemos dinero para la Sanidad ni para tantas cosas, pero sí para esas empresas de ocio sobre la nieve, aunque tengan perdidas desmedidas y no pagen ni la seguridad social de sus trabajadores ... pero nada es tan importante como esquiar y hacer filas ...)
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