Hoy de noche cerrada, he mirado por el ventanuco, por fin había dejado de llover. Desde mi atalaya se
dibujaban las montañas en la sombra sobre un cielo ennegrecido. Las casitas del pueblo se habían subido
debajo del forato para evitar las aguas del pantano. Estaban apelotonadas unas encima de otras sobre las praderas, debajo de los riscos.
Hace días que llovía y llovía... Los ríos y los arroyos llevaban agua por todas partes. La tierra rellena.
Como habían cobrado vida ellas solitas era un misterio ... o tal vez fuera un sueño y yo todavía estoy dormida.
viernes, 14 de febrero de 2014
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