POR LOS CAMINOS DE SAN CRISTOBAL DE LAS CASAS

Llegamos a San Cristobal de las Casas desde la capital, tras la visita al Cañón del Sumidero -que vista al medio día, a pleno sol, y en invierno resulta bastante sosa e insulsa-, sí que resulta interesante la disposición geográfica de San Cristóbal de las Casas, comprobar como los ríos acercaron a los conquistadores a las mesetas ricas del interior de centroamericana, en este caso es el Grijalva, que se conecta con la sierra de los Chucumatanes, en Guatemala. Y al llegar a la ciudad, volvemos a nombrar a Guatemala, con la memoria volvemos a Antigua. Pero si reina la misma atmósfera, ningún volcán le da cobijo. En esta caso, la rodean las pequeñas comunidades mayas, asentadas sobre pequeñas colinas, San Cristobal queda en la planicie, sobre una cuenca, en forma de laguna.
Jovel(en lengua maya), es una ciudad que ha duplicado su población en diez años, de 100.000 a 200.000 (muchos de ellos indígenas que son expulsados de sus comunidades), parece ser la tónica de méxico, el éxodo a las ciudades (sumado al crecimiento desmesurado de la población), como la españa de los años 60, pero al mismo tiempo hay muchos indígenas que sólo quieren vivir como siempre lo han hecho. En estos momentos se ven pancartas en contra la de la autopista de comunicará San Cristobal con Palenque (tienen razón, sólo es para que
los ricos lleguen más rápido todavía y se vayan más rápido, a veces en estos sitios he tenido la sensación de que los guías y más, era lo que deseaban que nos fuésemos rápido! y por favor, no molesten, no hagan fotos!, pero antes ¿me da un billete de dolar?). Creo que las cifras anteriores son más significativas que cualquier otro dato. Todo el mundo quiere prosperar, dar de comer a sus hijos, que tengan estudios y una vida mejor. Esto es universal. Al visitar San Juan de Chamula y aledaños, asunto sobre el que no entraré a comentar nada, se nos informó que muchos eran expulsados de sus comunidades y que se veían obligados a vivir en San Cristobal.

Desde la capital del estado de Chiapas, se ven las tierras sembradas de maíz,con varias cosechas al año, a nuestra llegada, la conjugación de Venus y la luna inicia el sembrado del maíz. A mano,sin ningún tipo de apoyo mecánico o de animales, sobre terrenos en cuesta, se siembra y se recoge.Y se te encoge el corazón de pensar que quieran vivir así, con siete u ocho hijos para mantener, para siempre, por los siglos de los siglos. Estas tierras son ricas y fértiles, atrás queda la cuenca del Grijalva. Pero al salir, hacia Agua azul, los terrenos son pobres, los altos del Chiapas quedan cubiertos por el hielo, el rocio blanquea la tierra que más adelante se muestra aspera y dura, hay pinos -hay que esperar varias kilómetros para llegar a la zona tropical-. Esta zona parece ser la que han cedido a los indígenas después de los acuerdos con los zapatistas -según informa el guía- y yo me pregunto ¿cómo van a vivir aquí ?, en un sitio que no nieva nunca pero donde las temperaturas bajan a cero grados por la noche.
Los zapatistas, otro aspecto, sobre el que tampoco opinaré, más que nada porque me he quedado sin opinión, no me vale nada: ni los comentarios despectivos del guía ("esta finca ha sido expropiada, pero en vez de toros crían niños"), ni las informaciones de mi país, ni el reparto de tierra, ni que la gente rechace la civilización, el control de natalidad, de la mujer ni hablamos, ni que se exilien entre ellos, etc. Todo el mundo esta de acuerdo en que en los años 90 todos estaban con los zapatistas. El estallido hizo cambiar el país, llegaron fondos, se construyeron carreteras, mejoras en la sanidad y en la educación, pero pasado el tiempo, todo no ha cambiado ... y ...
Nuevamente bajando hacia Palenque me pregunto para qué quieren una carretera más rápida, con todas las cosas que les faltan, viviendas, vertidos, escuelas, etc. Y en los Altos de Chiapas, los arcenes están llenos de latas, botellas, porquería. Sino se limpian pronto llegaran las epidemias de dengue y entonces no llegarán turistas.

De todas formas las comunicaciones, a la larga benefician a todo el mundo, aunque a veces no las queramos. Conforme vamos bajando la vegetación se hace más tropical, es más fácil vivir, el terreno es más rico, la limpieza de los arcenes de hace evidente, las haciendas son más ricas y el ganado pasta sobre unas praderas inmensas.

Bueno, a lo que vamos, en San Cristóbal de las Casas reina la calma, la dejadez del calor de los trópicos, amaneceres plenos a las siete de la mañana, con una luz que inunda todo. Colorido en las fachadas de las casas, la luz acentúa los rojos, los rosas y los azules de los encalados. Queda todavía el trazado de las calles antiguas, con las aceras levantadas para evitar el barro, construidas en cuadrícula por los españoles en 1528.

Interesantes las portadas retablo de las iglesias, sobre todo Santo Domingo, la Catedral, las Iglesias de la Puerta del Carmen, etc., tradición indígena en los mercadillos de Chiapas. Plazas llenas de vida, de actividades, de niños y mujeres, de idas y venidas. La modernidad se aprecia en los restaurantes,en la biblioteca dotada de ordenadores, en las cafeterias donde al atardecer se dan cita las parejas.
Por las calles pasean los adolescentes, los payasos montan el circo en la plaza de la catedral, las mujeres de San Juan de chamula venden sus cinturones y pulseras insistentemente. A nuestro lado unos niños venden caramelos, tampo co pueden faltan los globos. Al caer el sol, en la plaza mayor, la Marimba actúa desde el kiosco como cada tarde y las parejas, entraditas en años bailan abrazados. Cada uno va a lo suyo, sin ocuparse demasiado de los demás, y cae la noche, rápida y veloz.