Estamos en abril y parece agosto, las montañas están coloreadas de blanco, manchas
sobre un fondo gris, todavía volverá a nevar. Hay una atmósfera gris, de calima playera, un día feo, pesado.
Las praderas verdes amarillean por efecto de los dientes de león. Las uvas del diablo acabaran de pasarse con este calor.
Los frutales están en todo su esplendor : cerezos, manzanos, ciruelos, perales y apuntan los membrillos.
En dos días los chopos han presentado sus mejores hojas, tiernas y amarillentas.
Las prímulas crecen en grupos por los campos, en los bordes de los ribazos, debajo
de los chopos buscando la sombra en este día soleado.
Han llegado las golondrinas,
en medio de la nieve aparece las primeras flores, primeros brotes de narcisos que dentro
de unos días invadirán las praderas regadas por las últimas nieves.
Las lilas se han adelantado, así como los iris de los jardines.
En el fondo del bosque siguen las hepáticas y las violetas. Los ríos corren grises,
con aguas heladas. Y la explicación es una corriente del sahara, directa sobre la península.
Me pregunto, ¿a alguien le vale esta razón?.
Da vértigo pensar que se instale todo el año, que se sequen las flores, los árboles,
las praderas, los ríos ...
domingo, 10 de abril de 2011
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