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miércoles, 11 de marzo de 2009

MEXICO : VIAJE AL PASADO 4

Mi relación con el otro lado del atlántico se inicia en la infancia, por un hecho casual, cuando era muy pequeñita, no pasaría de los cuatro o cinco años. La gente que me rodeaba estaba vestida de negro (las personas adultas) o de blanco (los niños). De negro se casaban, con flores de blanco azahar en los ojales como único adorno. Mantones negros para protegerse de la lluvia, para el día a día. Mantillas bordadas y caladas de color negro para la misa de domingo. Principios de los años sesenta, a los pueblos de la castilla interior sólo habían llegado, como mucho, los collares de cuentas de cristal y mi único recuerdo diferente, procedía de una tía, muy jóven, adolescente, que se había puesto para la boda de su hermana un vestido de gasa beis, adornado con flores de colores rosas y verdeagua. Perseguí sin descanso los collares hasta hacerme con uno, el rosa. Pero a lo que vamos, tengo varios recuerdos de infancia, que se relacionan con América.
El primero, deriva de que mis abuelos tenían familia en Argentina, en Buenos Aires. De Buenos Aires, llegó un enorme paquete cargado de regalos: mantones plateados, juguetes, ropa de colores, chaquetas bordadas, mantones de rojo y negro de seda, etc. Yo no lo podía creer, ¡dios mío¡, ¡que ricos serían que podían enviar todas esas cosas desde América¡. Todavía recuerdo el placer de tocar las cosas, de ver tanta maravilla en mis manos. Luché sin demasiado éxito por obtener alguna cosa y cuando conseguí algo, más tarde en la adolescencia, me fue arrebatado de nuevo (creo que no lo he perdonado).
El segundo, es anterior, un año antes, hace poco ate cabos y confirmé la fecha, me parecía demasiado pequeña para tener algún recuerdo. Cercana a mi madre vivía una mujer que me cuidó en la infancia con esmero y cariño, llegó un familiar suyo de Cuba, todo vestido de blanco de arriba abajo, hasta con sombrero. Era algo inaudito para mi medio de vida y todavía lo recuerdo , hace poco comprobé casualmente que era cierto, y que vivió hasta hace poco.
El tercero, se relaciona con la literatura, como toda mi vida, que siempre esta relacionada con la literatura y no con la fantasía. A mi pueblo, por esas fechas llegaban los maestros y al poco tiempo como no contaban con niños ni con medios se marchaban. Yo con seis o siete años ya sabía leer, no recuedo como aprendí a leer,
sólo recuerdo a mi padre leyéndome el libro de "Corazón" y "De los apeninos a los Andes" -me acaba de dar cuenta de que también se relaciona con el continente-. Bueno, pues en esa tierna edad me dediqué a leer los libros del colegio, almacenados no se por quién ni porqué, tal vez por esos maestros represaliados que eran enviados a Soria como castigo. Bueno cayó en mis manos varios libros sobre los desastres de los terremotos y sunamis habidos en el Perú, desde entonces no es que tenga miedo,
es que tengo pánico a todo lo que huela a volcanes y terremotos.
Y por último, como todos los adolescentes de mi edad nos dedicamos a leer toda la literatura sudamericana: como posesos, de manera obsesiva. Creíamos que esa literatura nos acercaba a la realidad de la América Látina, enfín mi conclusión es que no, que está bastante alejada de la realidad, de su día a día, por lo menos la que ha caido en mis manos.
.... Bueno lo siento ... esto no va de méxico ... lo dejamos para otro día ...

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